lunes, 23 de marzo de 2009


Nicolas Sarkozy, secundado por Merkel y Brown, cree que no aportaría nada a lo que ya se hace contra el paro.

21.03.09 – larioja.com
FERNANDO PESCADOR
CORRESPONSAL. BRUSELAS

No habrá cumbre extraordinaria sobre el empleo, el 7 de mayo en Praga. La convocatoria, hecha pública a mediados de febrero por el primer ministro checo, Mirek Topolanek, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, quedó anulada ayer en la capital comunitaria a iniciativa de Nicolas Sarkozy, secundado por Angela Merkel y Gordon Brown. No hubo explicaciones oficiales. Fuentes oficiosas del Consejo señalaron que el cambio de planes respondía a la certeza de que la reunión no aportaría nada nuevo a lo que se está haciendo por el empleo en esta crisis económica.
El propio presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, tuvo que corregir el tiro y declarar que «todo lo que estamos haciendo (en la UE) tiene el empleo como objetivo último». La víspera, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, había asistido a una reunión del diálogo social, en la que cobró carácter axiomático la idea de que la UE no debe ayudar únicamente a los bancos a salir de la crisis; que debe concentrarse en el empleo. La idea la aventaron también los socialistas europeos en su cumbre previa al Consejo. Pero, al final, la reunión de Praga va a quedar circunscrita a un encuentro más del diálogo social (presidencia de la UE y de la Comisión con patronal y sindicatos).
No fue la cumbre anulada la única noticia sorprendente del Consejo Europeo: en su transcurso se supo que Renault va a repatriar parte de la producción del 'Clio', que tiene deslocalizada en Eslovenia, a una de sus factorías en las afueras de París.
En unas declaraciones por una radio francesa, el secretario de Estado de Industria, Luc Chatel, se felicitaba de una decisión que vinculaba directamente con el plan francés de ayuda al automóvil. Resulta que hace poco más de dos semanas, tuvo lugar en Bruselas un consejo extraordinario en el que todos los socios comunitarios, incluida Francia, dijeron renegar del proteccionismo económico. Ayer parecía materializarse la amenaza, pero la cumbre se reveló ciega y sorda a la evidencia.
El primer ministro del Gobierno de Liubliana, Borut Pahor, declaró que Sarkozy le había garantizado que no se perdería un puesto de trabajo en Eslovenia por esta decisión de Renault. Y Barroso, posiblemente más preocupado por su reelección que por mantener sus tesis tradicionales contra el proteccionismo y el nacionalismo económico, prefería estimar que las declaraciones de Chatel respondían «a un malentendido».
La cumbre europea confirmó las previsiones difundidas en las últimas semanas sobre un incremento de las aportaciones de los socios europeos al Fondo Monetario Internacional en 75.000 millones y el destinado a ayudar a socios comunitarios no miembros del euro en dificultades económicas hasta 50.000 millones, desde los 25.000 millones actuales.
Fondos al Este
El Consejo Europeo aprobó también la Asociación Oriental, una iniciativa enmarcada en la política de vecindad que busca mejorar las relaciones de la UE con seis países del Este europeo (Armenia, Azerbayán, Bielorrusia, Georgia, Moldavia y Ucrania) y favorecer su cooperación multilateral.
Propuesto por Polonia y Suecia en mayo de 2008, y hecho suyo por la Comisión en diciembre, el nuevo esquema de cooperación con estos países tendrá una dotación suplementaria de 600 millones de euros con respecto a las cantidades que les corresponderían en las Perspectivas Financieras 2007-2013.
La Asociación Oriental buscará «reforzar la política de la UE con sus socios del Este, creando las condiciones necesarias para la asociación política y una mayor integración económica», afirman las conclusiones de la reunión. Aunque el Consejo no lo reiteraba, la asociación no será considerada como una antesala para la adhesión. Polonia lo deseaba, sobre todo por Ucrania, pero Alemania y Francia no quieren asumir nuevos compromisos sobre ampliaciones sin esclarecer el futuro de las que están en marcha (Croacia y el resto de los Balcanes occidentales y Turquía).
El nuevo organismo debería facilitar el establecimiento de zonas de libre cambio entre la UE y los países concernidos, y la concesión de visados y repatriaciones. La Asociación Oriental se pondrá en marcha el 7 de mayo, en Praga.

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