lunes, 4 de mayo de 2009


EFE MADRID
La crisis económica protagonizó ayer las manifestaciones del Primero de Mayo en todo el mundo, que se desarrollaron con normalidad, a excepción de la celebrada en Estambul y las de Alemania. Con participaciones no demasiado elevadas -sólo fue masiva la de Moscú- las tradicionales manifestaciones del Día del Trabajo se desarrollaron en medio de una tensa tranquilidad y de fuertes exigencias de medidas para paliar la crisis económica. También hubo espacio para problemas de carácter local, como en Italia, donde se pidieron soluciones para los afectados por el terremoto de L´Aquila.
Los principales incidentes de la jornada se registraron en Estambul, donde hubo enfrentamientos entre la policía y manifestantes de izquierdas que intentaban alcanzar la céntrica plaza de Taksim. La policía lanzó gases lacrimógenos y agua a presión para dispersar a los manifestantes, algunos de los cuales resultaron heridos leves y otros detenidos.
En Alemania, los enfrentamientos causados por las marchas neonazis convocadas en Berlín, Maguncia, Ulm y Hamburgo por el Partido Nacional Democrático Alemán (NPD) dieron la nota de la jornada.
Más tranquilas fueron las manifestaciones en Rusia (con más de seis millones de parados), destacando el récord de participación en Moscú, con más de 70.000 manifestantes.
En Francia hubo más de 280 manifestaciones contra la política económica de Sarkozy. En la mayoría de las protestas, por primera vez en la historia, participarán juntos los ocho grandes sindicatos.
También en el Sudeste Asiático la crisis económica y el paro marcaron las manifestaciones. Los actos en Filipinas congregaron a miles de personas que criticaron la falta de capacidad del Gobierno para proteger los derechos de los trabajadores. En el mismo tono tranquilo se produjeron las marchas en Tailandia, Singapur, Camboya y Malaysia.

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